miércoles, 24 de noviembre de 2010

Rostro de vos


Tengo una soledad
tan concurrida
tan llena de nostalgias
y de rostros de vos
de adioses hace tiempo
y besos bienvenidos
de primeras de cambio
y de último vagón.

Tengo una soledad
tan concurrida
que puedo organizarla
como una procesión
por colores
tamaños
y promesas
por época
por tacto
y por sabor.

Sin temblor de más
me abrazo a tus ausencias
que asisten y me asisten
con mi rostro de vos.

Estoy lleno de sombras
de noches y deseos
de risas y de alguna
maldición.

Mis huéspedes concurren
concurren como sueños
con sus rencores nuevos
su falta de candor
yo les pongo una escoba
tras la puerta
porque quiero estar solo
con mi rostro de vos.

Pero el rostro de vos
mira a otra parte
con sus ojos de amor
que ya no aman
como víveres
que buscan su hambre
miran y miran
y apagan mi jornada.

Las paredes se van
queda la noche
las nostalgias se van
no queda nada.

Ya mi rostro de vos
cierra los ojos
y es una soledad
tan desolada.

TÁCTICA Y ESTRATEGIA

.
Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos
.
mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible
.
mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos
.
mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
.
no haya telón
ni abismos
.
mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple
mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites
.

martes, 23 de noviembre de 2010

Yo no sabía que no tenerte...

Yo... No sabía que no tenerte,
podía ser dulce como nombrarte,
para que vengas,
aunque no vengas,
y no haya sino
tu ausencia,
tan dura como el golpe
que me dí en la cara,
pensando en vos...

miércoles, 17 de noviembre de 2010

OBJETOS PERDIDOS

OBJETOS PERDIDOS

Por veredas de sueño y habitaciones sordas
tus rendidos veranos me aceleran con sus cantos
Una cifra vigilante y sigilosa
va por los arrabales llamándome y llamándome
pero qué falta, dime, en la tarjeta diminuta
donde están tu nombre, tu calle y tu desvelo
si la cifra se mezcla con las letras del sueño,
si solamente estás donde ya no te busco.
Mendoza, Argentina 1944

LA MUFA
Vos ves la Cruz del Sur,
respirás el verano con su olor a duraznos,
y caminás de noche
mi pequeño fantasma silencioso
por ese Buenos Aires,
por ese siempre mismo Buenos Aires.
Quizá la más querida

Me diste la intemperie,
la leve sombra de tu mano
pasando por mi cara.
Me diste el frío, la distancia,
el amargo café de medianoche
entre mesas vacías.

Siempre empezó a llover
en la mitad de la película,
la flor que te llevé tenía
una araña esperando entre los pétalos.

Creo que lo sabías
y que favoreciste la desgracia.
Siempre olvidé el paraguas
antes de ir a buscarte,
el restaurante estaba lleno
y voceaban la guerra en las esquinas.

Fui una letra de tango
para tu indiferente melodía.
Una carta de amor
Todo lo que de vos quisiera
es tan poco en el fondo
porque en el fondo es todo

como un perro que pasa, una colina,
esas cosas de nada, cotidianas,
espiga y cabellera y dos terrones,
el olor de tu cuerpo,
lo que decís de cualquier cosa,
conmigo o contra mía,

todo eso es tan poco
yo lo quiero de vos porque te quiero.

Que mires más allá de mí,
que me ames con violenta prescindencia
del mañana, que el grito
de tu entrega se estrelle
en la cara de un jefe de oficina,

y que el placer que juntos inventamos
sea otro signo de la libertad

lunes, 8 de noviembre de 2010

Posibilidades

Prefiero el cine.
Prefiero los gatos.
Prefiero los robles a orillas del Warta.
Prefiero Dickens a Dostoievski.
Prefiero que me guste la gente
a amar a la humanidad.
Prefiero tener a la mano hilo y aguja.
Prefiero no afirmar
que la razón es la culpable de todo.
Prefiero las excepciones.
Prefiero salir antes.
Prefiero hablar de otra cosa con los médicos.
Prefiero las viejas ilustraciones a rayas.
Prefiero lo ridículo de escribir poemas
a lo ridículo de no escribirlos.
Prefiero en el amor los aniversarios no exactos
que se celebran todos los días.
Prefiero a los moralistas
que no me prometen nada.
Prefiero la bondad astuta que la demasiado crédula.
Prefiero la tierra vestida de civil.
Prefiero los países conquistados a los conquistadores.
Prefiero tener reservas.
Prefiero el infierno del caos al infierno del orden.
Prefiero los cuentos de Grimm a las primeras planas del periódico.
Prefiero las hojas sin flores a la flor sin hojas.
Prefiero los perros con la cola sin cortar.
Prefiero los ojos claros porque los tengo oscuros.
Prefiero los cajones.
Prefiero muchas cosas que aquí no he mencionado
a muchas otras tampoco mencionadas.
Prefiero el cero solo
al que hace cola en una cifra.
Prefiero el tiempo insectil al estelar.
Prefiero tocar madera.
Prefiero no preguntar cuánto me queda y cuándo.
Prefiero tomar en cuenta incluso la posibilidad
de que el ser tiene su razón.
No importa HOY a quien haya uno herido,
siempre y cuando hayamos aprendido a NO volver a HERIR mas.
NO importa qué ERRORES hemos cometido en tanto no volvamos a caer en ellos nunca mas,
NO importa lo que hemos hecho mientras estemos dispuestos a tomar nuestra vida entre las manos.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Encrucijada...

Nos separaba de la calle

el cristal empañado de lluvia.Yo estaba lejos del mundo,

hoja caída en el remanso de su llanto.

Ella era menuda y tierna

y se hacía más menuda entre mis brazos

y más tierna bajo mis ojos.

Entre nosotros y la calle

y la lluvia y el cristal de la ventana

eran dos abismos de plata.

La vida estaba allí naufragando en sus ojos

la belleza dormía en sus senos perfumados

la luz -toda la luz- se me daba en su boca

la humanidad - mi humanidad - era ella.

Más allá del cristal más allá de la lluvia

pasaron...

Yo separé los ojos de los ojos de ella

para verlos pasar.

Marchaban chapoteando en el barro

los pies descalzos.

Desfilaban los rostros anochecidos de hambre.

Y las manos encallecidas de miseria

y las almas curvadas de injusticia y las voces amanecidas de odio

desfilaban los pies descalzos.

Iba la madre con el hijo al cuadril

y el anciano rumoreando penas.

Y el mozo flameando la bandera,iban de frente hacia la vida

armoniosamente rebeldes.

No sé si me lo gritaron ellos

o si me lo grité yo mismo.

Pero en las filas, de los que pasaban

estaban mi puesto, mi bandera y mi grito.

El cristal empañado de lluvia

esfumaba los rasgos de la calle

por donde pasaban los míos.

Volví los ojos hacia ella

que se hacia casi yo entre mis brazos

y le dije:

- Me llaman los que pasan.

Sus ojos empañados

me separaban de su alma

como el cristal con lluvia me separaba de la calle.

Me dijo lentamente:

- No te vayas.

Y se hizo más menuda entre mis brazos

y me ofreció su boca palpitante

y sentí junto a mi, temblorosos sus senos.

Yo escuchaba chapotear en el barro

los pies descalzos

y presentía los rostros anochecidos

de hambre.

Mi corazón fue un péndulo entre ella y la calle...

Y no sé con qué fuerza me libré

de sus ojos

me zafé de sus brazos.

Ella quedó nublando de lágrimas

su angustia.

Tras de la lluvia y del cristal

pero incapaz para gritarme:- ¡ Espérame !

¡ Yo me marcho contigo !




Miguel Otero Silva